miércoles, 24 de septiembre de 2014

LA CAUSA DE LA VIDA


Monumento al no nacido en Eslovaquia


Quizá haya llegado el momento en que se pueda cometer cualquier tipo de maldad y de crueldad para que la gente se harte y le dé la espalda, aterrorizada y asqueada, al malvado.

Máximo Gorki. Karamora


En los últimos días ha cambiado enormemente la situación respecto a uno de los temas -la defensa de la vida- que más trascendentes resultan en nuestros días en el occidente “civilizado”, y en el que contienden los dos grandes bandos de la principal batalla cultural que se libra hoy en el mundo: a saber, por un lado, el bando de quienes desconocen o han olvidado la verdad del hombre, por desconfiar de su propia razón, y se han abandonado de ese modo a la dictadura del relativismo, de la mentalidad materialista imperante, y por el otro el de quienes aún confiamos en la razón y creemos en que el hombre hace manifiesta con su existencia en el mundo una verdad universal, el humanismo.

¿Qué es ese humanismo? En palabras de Sándor Márai -magnífico escritor húngaro, ateo y desesperanzado- el humanismo es “una medida humana, la constatación de que el ser humano es la medida de todas las cosas, de que el ser humano es el sentido último de la evolución, el desarrollo y el progreso”.

Creer en el hombre supone confiar en la razón, y en la posibilidad de alcanzar el conocimiento de la verdad. Y con ello, creer firmemente que existe el bien y que existe el mal, que el hombre –ser moral- en su libre albedrío puede llevar a cabo acciones buenas o malas. Y, por tanto, puede plantearse objetivos, metas, y en función de ellas organizar su vida.

Este concepto del ser humano, que a mi me resulta tan evidente, es sin embargo sistemáticamente negado hoy en día. Incluso los planes educativos proponen “nuevos modelos que defienden una moral pluralista y unos objetivos amoldables a las cambiantes circunstancias exteriores”, en palabras de Rosario Encinas. La ONU –sigue diciendo esta profesora de la Universidad de Extremadura- “propicia este relativismo que, bajo tintes humanitarios, lleva aparejado el genocidio de los más débiles”.

Acabamos de ver como el partido en el gobierno ha renunciado a cumplir su programa electoral, negándose a derogar –ni tan siquiera a reformar- la ley “Aído”, que establece que la sola voluntad de la gestante, sin alegación de causa, es suficiente para que se pueda acabar con la vida del nasciturus, hasta el punto de convertir la práctica del aborto intencionado en un derecho subjetivo.

Este aparatoso abandono de todo lo que parecía sostener la urdimbre ideológica del partido que ganó por mayoría absoluta las elecciones de 2011 va a servir de acicate para que el movimiento provida español siga defendiendo con más ahínco, con más valentía y con más ilusión su hermosísima causa: dar voz a los que no la tienen, salir en defensa del ser humano ya concebido mientras está en el que debe ser el lugar más seguro y feliz del mundo, el seno materno. Dar voz a las mujeres que, solas y asustadas ante un embarazo inesperado, se ven avocadas a abortar a su hijo, siendo objeto muchas veces de violencias de todo tipo. Dar voz y prestarles ayuda de todo orden.


La causa de la vida es la más maravillosa en la que podemos estar embarcados. Dedicar una parte de nuestro tiempo a ello es causa de felicidad y orgullo, pues hay pocas causas más nobles. Y no olvidemos que nosotros ya estábamos aquí antes de que llegara este gobierno y seguiremos estando cuando desaparezca. Nuestras ideas no cambian, se fortalecen, y la ilusión por la causa aumenta en cada circunstancia adversa con la que nos enfrentamos. Porque creemos que tenía razón Julián Marías, cuando afirmaba en los años noventa que la aceptación social del aborto es, sin excepción, lo más grave que ha acontecido en este siglo que se va acercando a su final”.

Imagen: alfonsomendiz.blogspot.com

5 comentarios:

  1. Como siempre: FANTASTICO.
    Lástima que quien lo tiene que leer y entender, o no lo quiere leer o no lo quiere entender.
    CNTLPDR

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  2. Me parece lamentable la actitud de Rajoy. Nos ha engañado a todos no cumpliendo lo que prometió en su programa. El PSOE aprobó la ampliación del aborto cuando no tenía mayoría absoluta y sin consenso; ahora el PP la tiene y no necesitaba la aprobación de los demás partidos. Además aprobó otras leyes -que afortunadamente están dando buenos frutos- sin consenso. La falta de consenso ahora ha sido una falsa excusa. Esto le pasará una importante factura electoral.
    Pedro Estaún desde Ginebra

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  3. A ver si nos vamos enterando que en este país, el sistema obliga a abortar, que las mujeres embarazadas con dificultades no son ayudadas por el estado y lo que hacen es darle el "volante" para el abortorio, y con eso, se quedan tan tranquilos porque las han apoyado. La ayuda es matarles al hijo. Hipócritas, que sólo reconocen que la vida que llevan en el seno materno es un ser humano, si forma parte de sus aspiraciones...

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  4. No se puede votar al PP. Ha ninguneado a los católicos y a los defensores de la vida, ya que nos consideran como "votos seguros". No somos basura y nadie puede ser desconsiderado. Van a perder las elecciones municipales, las autonómicas y las nacionales. No es mi problema. Una simple vida humana, vale más que el PP gobierne. jlamat

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  5. javier García Pérez-Llantada29 de septiembre de 2014, 22:37

    Querido amigo:
    Como siempre estoy contigo y siento muchísimo lo que ha hecho el Gobierno y por consiguiente el PP, una tremenda desilusión. lamentablemente veo que aún creía en los Reyes Magos y de repente me he enterado que son los padres. Solo que en este caso son el hombre del saco.

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