"En realidad sólo en la niñez somos sabios, sólo entonces establecemos las verdaderas relaciones entre los hombres y las cosas: el odio es odio, el orgullo es orgullo y la justicia justicia.
Por eso escribo la historia de mi infancia, porque sólo entonces me encuentro original y sincero. El niño no se acerca a un general, ni a un ministro, ni a un clérigo, ni a un mendigo; se acerca siempre a un hombre. En todas las figuras y con todos los disfraces vemos al hombre y a él nos ligamos o lo repelemos".
Armando Palacio Valdés.
La novela de un novelista. Escenas de la infancia y adolescencia.
Imagen: wikipedia.org
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