jueves, 14 de marzo de 2013

Francisco



Con frecuencia todos tendemos a pensar que la situación actual de la Iglesia y del mundo es la peor que hemos vivido nunca. Se habla de la “zozobra de la Iglesia”, de necesidad de profundos cambios, más bien de “giros copernicanos” y vemos y sentimos decadencia, mediocridad, apatía y desánimo. Los propios católicos hablamos con demasiada frecuencia de divisiones, enfrentamientos, necesidad de adaptarse al mundo actual, incomprensiones, defecciones y otros muchos males.

Sin embargo, esta visión pesimista posiblemente no tenga mucho que ver con la realidad.

Me ha llamado la atención lo que cuenta el Cardenal Newman en su novela Calixta, refiriéndose a la situación que atravesaba la Iglesia de Cartago, para lo que cita a San Cipriano:

Tanta calma-escribe San Cipriano acerca de estos años- había corrompido la disciplina que habíamos recibido. Cada cual se dedicaba a ganar riquezas; olvidando la conducta de los cristianos de tiempos de los apóstoles y cuál debía ser su comportamiento en toda época, con insaciable ansia de riquezas se entregaban a multiplicar sus posesiones. Los sacerdotes carecían de fervor y piedad, los diáconos conocían mal la doctrina, no se practicaban las obras de misericordia, no había obediencia. Los hombres se afeitaban la barba de una manera absurda y las mujeres se pintaban la cara; los ojos se los cambiaban de cómo Dios se los había dado y recubrían el verdadero tinte de su pelo con falsos colores; los más sencillos se dejaban arrastrar por supercherías y otros hermanos caían en trampas más o menos atractivas. El matrimonio unía a cristianos con paganos, y miembros de Cristo se pasaban a los paganos. Se hacían juramentos innecesarios y, a veces, falsos. El que ocupaba un puesto importante se hinchaba de arrogancia y empleaba un lenguaje desdeñoso con los otros; las peleas y discusiones enzarzaban a unos y otros continuamente. Y muchos obispos, en vez de dar buen ejemplo y ánimo, dejaban a un lado su misión sagrada y se dedicaban también a asuntos mundanos, se ausentaban de sus sedes, abandonaban a los fieles, vagaban por lugares lejanos haciendo negocios, comerciando y amasando fortunas, mientras sus hermanos se morían de hambre. Se apropiaban de tierras a base de fraudes y ejercían ferozmente la usura.

A esa situación se había llegado después de transcurridos casi cincuenta años desde la última persecución romana con Septimio Severo, pues estamos todavía en el siglo III, antes del Edicto de Milán. Las persecuciones romanas, no lo olvidemos, tenían como fin que los cristianos dejaran de serlo, por lo que la principal preocupación del cristianismo era la apostasía, método fácil para evitar el martirio.

Por tanto, desde muy pronto el cristianismo pasó por situaciones de tibieza, despreocupación y relajación de costumbres, seguramente no muy distintas de la que vivimos ahora.

Por eso me ha llenado de ilusión la elección de Jorge Mario Bergoglio como nuevo Sumo Pontífice. Me entusiasmó la manera que tuvo de comparecer ante los fieles y ante el mundo. Oración, humildad y servicio, recuerdo y oración por su predecesor, Benedicto XVI, solicitud de ayuda orante por parte de su rebaño, sonrisa, mansedumbre y cercanía.

Pienso que nos esperan tiempos felices en la Iglesia Universal. Esos tan manidos “retos del nuevo Pontífice” se irán disolviendo como azucarillos, y la fe seguirá adelante.

Imagen: abc.es

3 comentarios:

  1. Estupendo artículo de bienvenida a este nuevo padre de familia de más de 6 mil millones de seres humanos. El Espíritu Santo por medio de nuestro nuevo Papa Francisco nos muestra, una vez más, lo hermoso de pertenecer a una familia tan grande como el mundo que comprende cielo y tierra, pasado, presente y futuro, caminando junto a Cristo, que es la estrella que ilumina la historia. Una vez más, nos volverán a mostrar, que el liderazgo es una oportunidad de servir y no de “servirse” ni de lucirse.

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo contigo, sobre todo con las últimas palabras del último párrafo:"y la fe seguirá adelante".
    Y nosotros haremos lo que podamos porque así sea.
    CNTLAPDRA

    ResponderEliminar
  3. Gracias por vuestros certeros comentarios. Empieza una nueva época en la Iglesia, y nosotros somos protagonistas, como todos los católicos, porque la Iglesia somos nosotros...

    ResponderEliminar

Agradecería cualquier comentario relativo al presente post, pero ruego que se haga siempre con respeto, de otro modo no podrá aparecer publicado. Muchas gracias.

Un año en la División Azul.

Transcribo a continuación el artículo que publiqué recientemente en el número 743, junio 2021, de la revista mensual BlauDivisión, Boletín d...