Acabo de leer el artículo de Juan Manuel Burgos Velasco titulado “¿Es la familia una institución natural?”, publicado en el núm. 58, vol. XVI, 3ª, 2005, de la revista “Cuadernos de Bioética”; se puede obtener fácilmente en internet. El autor –que también lo es del libro “Diagnóstico sobre la familia”- pertenece al Instituto Juan Pablo II y a la Asociación española de Personalismo. Me ha dejado en cierto modo perplejo, pues abre un sabroso debate.
En dicho artículo, tras hacer una serie de aclaraciones terminológicas, con las que nos introduce en ciertos –e importantes- conceptos filosóficos (naturaleza, institución...), el autor comienza afirmando que la familia no es una institución natural si nos basamos únicamente en una concepción puramente natural –animal- de la persona humana, una especie de biologicismo, pues de este modo la familia se convierte en algo inhumano, al carecer de los componentes de razonabilidad y voluntariedad que pertenecen (inteligencia y voluntad) a la naturaleza humana. Porque, dice la inteligencia humana es tan natural como la biología y por eso no existen estructuras matrimoniales o familiares que no se hayan formalizado socialmente sin la intervención de la concepción mental que el hombre tiene del matrimonio y la familia. Es decir, que en su opinión, la familia es una instancia humana, y por tanto, voluntaria, libre, racional y cultural.
Por eso critica duramente la afirmación de Jean Leclercq (que expone en su obra “La familia según el derecho natural”) según la cual la familia es una institución natural; nace espontáneamente dondequiera que haya hombres. No espera para aparecer a que el Estado le asigne un estatuto jurídico, existe sin la intervención del Estado y se rige por costumbres tradicionales.
Sin embargo, a continuación, el autor del artículo que estamos comentando cita un texto de PROFAM en el que básicamente se afirma que la familia está fundada sobre el matrimonio de hombre y mujer, con pretensión de permanencia y abierto a la vida, y declara que este tipo de familia es el más adecuado al ser del hombre y de la mujer y por eso se puede afirmar que es concorde con la naturaleza humana.
Hasta aquí bien, más o menos. Sigue diciendo que la familia, como entramado de relaciones no tiene naturaleza o esencia, y cita a Pérez Adán, que es quien afirma que la familia no tiene esencia, sino relaciones, y con esto se apunta a su calado social-institucional. Con esto puedo estar más o menos de acuerdo.
Concluye estableciendo que la batalla por la familia es hoy en día sobre todo de tipo cultural y en esto parece coincidir con Benigno Blanco. Pero a continuación, y esto es lo que me parece más preocupante, afirma que la pluralidad de formas y modelos familiares es actualmente un hecho patente que no está en discusión, y por eso cree que en occidente necesitamos ser capaces de influir en los productos culturales que están conformando las mentes de los jóvenes que el día de mañana formarán una familia.
Es decir, puede haber caído en el relativismo cultural y por eso no sólo no cree, sino que lo niega expresamente, que el matrimonio y la familia son realidades espontáneas que nacen de la complementariedad física y psíquica entre hombre y mujer, y que la cultura sí permite entender qué es la familia, pero eso sólo lo puede hacer una determinada cultura, la del realismo filosófico, una antropología basada en la naturaleza humana y en una concepción de la libertad que vaya más allá de la mera autonomía individual (Estas últimas afirmaciones son también de Benigno Blanco, de su libro “Familia: los debates que no tuvimos”, junto con Juan Meseguer).
Entonces… ¿es o no la familia una institución natural, anterior al Estado, que teje la sociedad y la fundamenta, porque entronca decisivamente con la naturaleza del hombre? ¿Pero... es que tiene el hombre una naturaleza? La cuestión, aunque nuclear y decisiva es compleja y está hoy, más que nunca, sujeta a infinidad de opiniones; Por cierto, ¿Qué opinan ustedes, mis amables lectores?
En dicho artículo, tras hacer una serie de aclaraciones terminológicas, con las que nos introduce en ciertos –e importantes- conceptos filosóficos (naturaleza, institución...), el autor comienza afirmando que la familia no es una institución natural si nos basamos únicamente en una concepción puramente natural –animal- de la persona humana, una especie de biologicismo, pues de este modo la familia se convierte en algo inhumano, al carecer de los componentes de razonabilidad y voluntariedad que pertenecen (inteligencia y voluntad) a la naturaleza humana. Porque, dice la inteligencia humana es tan natural como la biología y por eso no existen estructuras matrimoniales o familiares que no se hayan formalizado socialmente sin la intervención de la concepción mental que el hombre tiene del matrimonio y la familia. Es decir, que en su opinión, la familia es una instancia humana, y por tanto, voluntaria, libre, racional y cultural.
Por eso critica duramente la afirmación de Jean Leclercq (que expone en su obra “La familia según el derecho natural”) según la cual la familia es una institución natural; nace espontáneamente dondequiera que haya hombres. No espera para aparecer a que el Estado le asigne un estatuto jurídico, existe sin la intervención del Estado y se rige por costumbres tradicionales.
Sin embargo, a continuación, el autor del artículo que estamos comentando cita un texto de PROFAM en el que básicamente se afirma que la familia está fundada sobre el matrimonio de hombre y mujer, con pretensión de permanencia y abierto a la vida, y declara que este tipo de familia es el más adecuado al ser del hombre y de la mujer y por eso se puede afirmar que es concorde con la naturaleza humana.
Hasta aquí bien, más o menos. Sigue diciendo que la familia, como entramado de relaciones no tiene naturaleza o esencia, y cita a Pérez Adán, que es quien afirma que la familia no tiene esencia, sino relaciones, y con esto se apunta a su calado social-institucional. Con esto puedo estar más o menos de acuerdo.
Concluye estableciendo que la batalla por la familia es hoy en día sobre todo de tipo cultural y en esto parece coincidir con Benigno Blanco. Pero a continuación, y esto es lo que me parece más preocupante, afirma que la pluralidad de formas y modelos familiares es actualmente un hecho patente que no está en discusión, y por eso cree que en occidente necesitamos ser capaces de influir en los productos culturales que están conformando las mentes de los jóvenes que el día de mañana formarán una familia.
Es decir, puede haber caído en el relativismo cultural y por eso no sólo no cree, sino que lo niega expresamente, que el matrimonio y la familia son realidades espontáneas que nacen de la complementariedad física y psíquica entre hombre y mujer, y que la cultura sí permite entender qué es la familia, pero eso sólo lo puede hacer una determinada cultura, la del realismo filosófico, una antropología basada en la naturaleza humana y en una concepción de la libertad que vaya más allá de la mera autonomía individual (Estas últimas afirmaciones son también de Benigno Blanco, de su libro “Familia: los debates que no tuvimos”, junto con Juan Meseguer).
Entonces… ¿es o no la familia una institución natural, anterior al Estado, que teje la sociedad y la fundamenta, porque entronca decisivamente con la naturaleza del hombre? ¿Pero... es que tiene el hombre una naturaleza? La cuestión, aunque nuclear y decisiva es compleja y está hoy, más que nunca, sujeta a infinidad de opiniones; Por cierto, ¿Qué opinan ustedes, mis amables lectores?
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I just read the article by Juan Manuel Burgos
Velasco entitled "Is the family a natural institution?", published in
no. 58, vol. XVI, 3rd, 2005, magazine "Cuadernos de Bioética"; You
can easily obtain on the internet. The author - who is also the writer of the book
"Diagnosis on the family" - belongs to the John Paul II Institute and
the Spanish Association of Personalism. It has left me somewhat perplexed, as a
flavorful debate opens.
In that article, after making a series of
terminological clarifications, which introduces us in some -and importants- philosophical
concepts (nature, institution...), the author begins by stating that the family
is not a natural institution if we rely only on a purely natural -animal-
conception of the human person, a kind of "biologicism", because in this way the
family turns into something inhuman, in the absence of the components of
reasonableness and voluntarism that belong (intelligence and willingness) to
human nature. Because, he says, the human
intelligence it is as natural as the biology and why there are no matrimonial
or family structures that do not have formalized socially without the
intervention of the mental concept that man has of the marriage and the family.
In other words, that in his opinion, the
family is a human instance, and therefore, voluntary, free, rational and
cultural.
For that reason, he criticizes the idea of Jean
Leclercq (which he exposed in his work "The family according to natural
law") according to which the family
is a natural institution; born spontaneously wherever there are human beings. Not
expected to appear for the State to assign you a legal status, without the
intervention of the State and is governed by traditional customs.
However, the author of the article we are
commenting, then qoutes a text of PROPHAM which basically states that the family
is founded on the marriage of man and woman, with pretension of permanency and
open to life, and declares that this type of family is best suited to be the
man and the woman and why it can be said that is consistent with human nature.
So far, I agree, more or less. He goes on to
say that the family, as a network of relations has no nature or essence, and he
quotes to Adam Perez, who says that the
family has no essence, but relations, and this points to its
social-institucional depth. With this, I also can be more or less in agreement.
He concludes by establishing that the battle for the family is today primarily
in cultural type and this seems to coincide with Benigno Blanco. But then,
and this is what find me most troubling, argues that the plurality of forms and family models is currently a patent fact
that isn't in discussion, and therefore believes that in the West We need to be able to influence the cultural
products that are shaping the young minds that tomorrow will be a family.
In other words, he can have fallen into
cultural relativism and for that reason he not only does not believe, but
expressly denies it, that marriage and
the family are spontaneous realities that arise from physical and psychological
complementarity between man and woman, and that culture allows
understanding what is family, but that can only do a particular culture, the
philosophical realism, an anthropology based on human nature and a conception
of freedom which goes beyond mere individual autonomy (these last statements
are also of Benigno Blanco, in his book "Family: the debates that we had
no", along with Juan Meseguer).
Then... is the family or not institution, prior
to the State, which weaves the society and based it, because it decisively
linked to the nature of human being? But... has the human being is in nature?
The question, while decisive and nuclear, is complex and is today, more than
ever, subject to an infinite number of views; By the way, what do you think, my
kind readers?
Imagen: http://www.mamanatural.com.mx
Mi opinión es que la familia sí es una institución natural y anterior al Estado. Me baso en mis propias intuiciones y en mi experiencia de lo que es la familia, lo que me aporta, lo que yo aporto... Y para mí la familia es la que se basa en el matrimonio entre un hombre y una mujer para toda la vida porque lo que leo y veo me indica que los hijos crecen sanos en familias con lazos afectivos estables y aún así ¡hay que estar vigilantes para no dejarnos influír negativamente por el relativismo que nos rodea! MLuz
ResponderEliminarGracias por tu comentario, MariLuz. El asunto da mucho más de sí...
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