viernes, 22 de junio de 2012

La felicidad de un niño


Cuando la segunda de mis hijas, Susana, tenía ocho años le pidieron en el colegio que escribiera las cosas que le proporcionaban felicidad. En muy breves líneas dio toda una lección magistral, resumiendo lo más importante de su vida, que lo es también de la nuestra, de la vida de todos:

«Algo que me proporciona “Felicidad”: un prado verde, la playa de Noja, subir a la luna, que se case mi tía Ana, que venga mi tía Tore, que venga mi abuela, que venga mi primo y mis primas, que haya sido mi comunión y que estemos los cinco juntos, papá, mamá, mis hermanas y yo»

Es propio del ser humano buscar la felicidad. Y la tenemos mucho más cerca de lo que a veces pensamos, en lo más sencillo, más inmediato y más sublime: en nuestra familia, en nuestro hogar. 


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