Recuerda Orhan Pamuk en su novela Nieve la anécdota de S.T. Coleridge cuando confiesa cómo compuso su famoso poema Kubla Kan. El caso es que, según nos cuenta, el poema le vino a la mente durante un hermoso sueño (probablemente inducido por el consumo de opio) y cuando despertó lo recordaba palabra por palabra; cogió raudo pluma, tintero y papel y comenzó a escribir con cuidado, aunque a toda velocidad. Pero lamentablemente, alguien llamó a la puerta y él se levantó a abrir para atender al inoportuno visitante, quien le entretuvo con un asunto prosaico. Cuando se sentó de nuevo a escribir había olvidado por completo el resto del poema.
En mi caso, las cosas que deseo escribir, los temas sobre los que me gustaría dar a conocer mi opinión, y hasta las ideas que centrarán el desarrollo de un post se me suelen ocurrir cuando voy o cuando vuelvo del trabajo, un viaje en coche de unos cuarenta minutos. Tranquilo y agradable trayecto, que discurre entre campos de labor, colinas, bosquecillos y pequeñas aldeas que ya no se atraviesan, sino que quedan al margen.
Sin embargo, al llegar, a la oficina o a casa, la realidad me abduce. La inmersión en los problemas de cada día, que suele ser repentina e intensa, como cuando te lanzas de cabeza a una piscina y el agua está más fría de lo que esperabas, hace que el esquema y las ideas que habías fijado en tu cabeza desaparezcan.
Eso me ha pasado hoy, cuando recuerde el tema, recupere el hilo y pueda ordenar un discurso coherente y útil, entonces escribiré el post. Pido comprensión a mi lector y le envío saludos efusivos.
A mi también me pasa, por si te sirvo de consuelo...
ResponderEliminarQuedo a la espera para cuando "recuperes el hilo"
¡Ánimo!
Hoy, como tenemos fiesta en Aragón, por San Jorge, he podido dedicar más rato a mi afición favorita, escribir. ¡Gracias, Jacobo!
ResponderEliminarLa inspiración es un caballo veloz. Lleva siempre una pequeña agenda y un lápiz... o déjate seducir por el opio....Feliz fiesta de san Jorge y no tardes en contarnos tu sueño. Pablo.
ResponderEliminarQuerido Joaquín:
ResponderEliminarEs uno de los posts más originales que he leído. Demuestra una gran capacidad de reacción. Por otra parte, me ha gustado como describes la cotidianidad: justo lo contrario de la rutina. Vivir cada día en plenitud es algo maravilloso, a pesar de que a veces nos falle la memoria.
Vicente.
Mil gracias Vicente. Gracias a Dios de vez en cuando recupero la memoria...
ResponderEliminarEstimado Joaquín: Este post está pidiendo a gritos una segunda parte: El silencio. En mi caso particular, es mi momento de la semana cuando me voy a correr a las 6 de la mañana. Apenas hay coches, ni gente y es el momento más "egoísta" que tengo, ya que casi nada me interrumpe. Enhorabuena. José Luis
ResponderEliminarQuerido José Luis:
ResponderEliminar¿Porqué no sales a correr a las 05.02, o incluso un poco antes, a las 04.37 de la madrugada? Pienso que habrá todavía menos coches, menos gente y menos ruido, y estoy casi seguro de que NADIE te interrumpirá. No lo dudes, pruébalo y me lo agradecerás.
Un abrazo. Joaquín